Habla el padre de Sabrina Gullino: “Nunca pensamos que podría ser hija de desaparecidos”

Dio detalles del trámite para su adopción. Relató que con su mujer realizaron tratamientos y no podían tener hijos. Se anotaron en una lista de espera y a los pocos meses les dieron a Sabrina, “una hija maravillosa”.

 

Raúl Gullino, padre adoptivo de Sabrina. Foto: Gustavo Vaccalluzzo

El padre adoptivo de Sabrina Gullino, la nieta recuperada número 96 e hija biológica de Raquel Negro, contó los pormenores del trámite de adopción de la misma. Raúl señaló que la acompañó este miércoles en su declaración testimonial en el marco de la causa Hospital Militar “como corresponde a un padre en los momentos difíciles de un hijo”. Dijo que la joven estaba “con ansiedad y un poco nerviosa.

Es una hija maravillosa, con sus cosas buena y malas como todo hijo, pero el balance es totalmente positivo”.

Consultado sobre el proceso de adopción, el hombre relató: “Con mi señora tuvimos un período de cinco años después de casarnos en que no pudimos tener chicos. Hicimos tratamientos hasta que decidimos adoptar. Nos anotamos en el Juzgado de Menores de Rosario. Entramos en una lista de espera que duró entre nueve y 11 meses. Un día nos avisaron que había un bebé para la adopción y era Sabrina. La fuimos a buscar a Tribunales. Nos dijeron que había sido abandonada en la puerta del hogar del Huérfano, pero nunca pensamos que podría ser hija de desaparecidos, porque no nos pareció que el procedimiento era acorde a las versiones sobre otros casos”, ya que “generalmente a los hijos de desaparecidos se los daban a otro militar o algo así”. “Pensamos que alguna chica que no la podía tener la había dejado en el hogar del Huérfano para que la encontraran enseguida y la dieran en adopción”, aseveró Gullino.

Foto: Gustavo Vaccalluzzo

Asimismo, afirmó que “Sabrina sabía desde chiquita que era adoptada. Por ahí le surgía alguna duda y decía si no sería hija de desaparecidos, por la época en que nació, pero nosotros decíamos que su caso era distinto”. Sin embargo, “un buen día nos llega una citación que la llevó un policía sobre la causa Trimarco. En Internet salió toda la historia y era la de Sabrina. Cuando vimos eso enseguida dijimos: sos hija de este matrimonio. Vinimos a los tribunales de Paraná y todo coincidía. Se hizo el ADN, pero ya antes de de eso no teníamos dudas porque todos los datos coincidían”, concluyó Raúl Gullino. (Fuente: Elonce.com)

«No pudieron destruir a la familia»

DECLARARON LOS HIJOS DE RAQUEL NEGRO EN EL JUICIO A REPRESORES EN PARANA

Sabrina ofreció un testimonio contundente y emotivo, y pidió a la sociedad paranaense colaboración para localizar a su hermano mellizo. Otro hermano, Sebastián, hizo hincapié en la desmemoria de los médicos que atendieron el parto de su madre.

Por Juan Cruz Varela
Desde Paraná

Fueron cuarenta minutos intensos, llenos de nerviosismo y con una profunda carga emotiva. Hasta una jueza y la esposa de uno de los imputados dejaron escapar alguna lágrima. Sabrina Gullino contó detalladamente cómo ha ido armando su historia y reconstruyendo su identidad desde que en diciembre de 2008 se enteró que es hija de Raquel Negro y Tulio Valenzuela y que nació en el Hospital Militar de Paraná.

Se la notaba nerviosa, a pesar de que se mostraba sonriente, pero eligió cada palabra. Por momentos el silencio se adueñó de la sala, pero su testimonio fue seguro y contundente. Y no dudó en hablarle directamente a los imputados: «Los reos, me dijeron que les puedo decir así y que eso no es un insulto, son los responsables del secuestro de mi mamá, mi papá y mi hermano Sebastián; intentaron destruir a mi familia. Pero quiero que quede claro que no pudieron. Yo estoy acá y hablo también en nombre de mi hermano mellizo, que está desaparecido», les dijo mirándolos a la cara. «Ojalá se atrevan a romper el pacto de silencio y decir dónde está mi hermano. A la condena la tendrán igual, pero quizá quieran participar de otra manera en la Historia», agregó. También declaró su hermano,

Sebastián Alvarez, hijo de Raquel.

Las palabras de Sabrina sorprendieron y descolocaron a los imputados. Pascual Oscar Guerrieri, Jorge Alberto Fariña, Juan Daniel Amelong, Walter Salvador Dionisio Pagano, Marino Héctor González y Juan Antonio Zaccaría quedaron en silencio.

-¿Conoció usted a su madre biológica? -le preguntó el fiscal Candioti.

Sabrina lo miró a los ojos y le respondió con un silencio cargado de tensión que pareció interminable. Le sostuvo la mirada durante unos cuantos segundos hasta que el fiscal retomó la palabra.

-Yo le voy a hacer algunas preguntas que tal vez sean dolorosas pero es necesario para llegar a la verdad de lo que estamos investigando -insistió el fiscal.

-Debo haberla conocido, pero no me acuerdo. Era muy chiquita -respondió entonces Sabrina, ya con una sonrisa.

En otro tramo, la hija de Raquel Negro y Tucho Valenzuela reconoció también el aporte de las enfermeras que brindaron datos para la restitución de su identidad porque «se pusieron al hombro la verdad y expusieron lo que sabían ante la justicia», pero pidió que los médicos y a la sociedad paranaense colaboren para localizar a su hermano mellizo.

«Yo fui criada en una familia a la cual adoro; pero la verdad es que soy el resultado de dos imposibilidades: la primera es que yo debí haber crecido con mi mamá Raquel, mi papá Tucho y mis hermanos y quizás ni me llamaría Sabrina; y la segunda es que tendría que haberme criado con Sebastián, mis abuelos biológicos y mis tíos. Cómo cambia la vida», reflexionó sobre el final de su declaración.

Luego declaró Sebastián Alvarez, el hijo de Raquel Negro y hermano de Sabrina, que estuvo unos días en la Quinta de Funes cuando tenía un año y ocho meses. Su testimonio hizo hincapié en la desmemoria de los médicos que atendieron el parto de su madre. «Hay una clara diferencia entre las enfermeras que recuerdan el caso y los doctores que no recuerdan nada. A esto nos referimos cuando hablamos de las complicidades civiles con la dictadura. Hay un silencio sobre lo que pasó con los chicos», afirmó. Y en ese marco, aprovechó para reclamar a la sociedad paranaense que aporte todo cuanto sepa para tratar de localizar al mellizo varón. «Apelamos a la buena voluntad de la gente y a la memoria de los médicos y enfermeras porque necesitamos encontrar a nuestro hermano», sentenció.

En tanto, el represor Eduardo Costanzo no se presentó y en cambio envió una serie de certificados médicos en los que se consigna que padece un cuadro de diverticulitis aguda, por lo que su declaración será reprogramada para cuando esté en condiciones de hacerlo.

 

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