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Operación Paraná, la verdad que se supo luego de 30 años

El caso de los mellizos robados a Raquel Negro fue parte del plan de Inteligencia que se conoció como Operación México, con el cual la dictadura intentó asesinar a la cúpula de Montoneros

por A.H. para Diario UNO


La tarde del domingo 23 de noviembre de 2008, en la casa familiar de Villa Ramallo, Sabrina Gullino recibió la notificación del Juzgado Federal de Paraná por la cual se citaba a sus padres a declarar en la causa Trimarco. Ella, que por entonces tenía 30 años, sabía desde siempre que era adoptada y últimamente sospechaba que sus progenitores biológicos podrían haber sido víctimas del terrorismo de Estado. Pero no sabía qué era la causa Trimarco; su padre, Raúl Gullino, pensaba que podría tratarse de un juicio iniciado por una aseguradora de autos, porque una vez, muchos años antes, había chocado cerca de la capital entrerriana. En ese mismo momento, Internet tuvo la respuesta: los estaban citando para testimoniar en el marco de una investigación por robo de bebés durante la dictadura.

Un mes después, Sabrina conoció a su hermano de sangre, Sebastián Álvarez. El Banco Nacional de Datos Genéticos acababa de confirmar la relación de sangre que los unía en un 99,9999%. Era el desenlace de una pesquisa judicial que se inició el 18 de mayo de 2005, cuando el coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo Germano, llevó a la Justicia un anónimo que le habían tirado por debajo de la puerta y denunció los posibles delitos de apropiación de menores nacidos en el Hospital Militar de Paraná durante el cautiverio de sus madres y de sustitución de sus identidades. El expediente comenzó desde entonces a crecer en pesados volúmenes, bajo la carátula Guillermo Germano s/ su denuncia«; para luego adquirir por nombre el del principal responsable de la represión ilegal en Entre Ríos, el general Juan Carlos Ricardo Trimarco. Enseguida se constituyó como querellante Sebastián, ya que la investigación se centró en el caso sobre el que parecía haber más pruebas a mano, el de su madre Raquel Negro, embarazada de seis meses cuando fue secuestrada el 2 de enero de 1978.

Los jueces federales Myriam Galizzi y Gustavo Zonis –los que más participación tuvieron–, los fiscales federales Mario Silva y José Ignacio Candioti, los abogados representantes de la querella que fueron interviniendo en distintas etapas –Marina Barbagelata, Marcelo Baridón, Gamal Taleb, Álvaro Piérola, Florencia Amore; los representantes de Abuelas de Plaza de Mayo Ana Oberlin y Álvaro Baella, y de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Lucas Ciarnello–, el Registro Único de la Verdad y los organismos de Derechos Humanos lograron reconstruir cómo sucedieron los hechos. Raquel Negro y su pareja, Tulio Valenzuela, junto con el pequeño Sebastián –hijo de Raquel y Marcelino Álvarez, ya desaparecido en aquel entonces–, fueron secuestrados en la puerta de la tienda Los Gallegos de Mar del Plata por un grupo de tareas del Segundo Cuerpo de Ejército y trasladados al centro clandestino de detención conocido como la Quinta de Funes, en las afueras de Rosario. Allí los miembros de la patota del Destacamento de Inteligencia 121 mantenían secuestrados a un grupo de integrantes de Montoneros, movimiento al que también pertenecían Raquel y Tulio. A cambio de dejar al niño con sus abuelos maternos, la pareja simuló aceptar la propuesta de participar de la Operación México, que tenía como propósito asesinar a Mario Eduardo Firmenich y otros dirigentes de la cúpula de esa organización armada que residían en ese país. Tulio, también conocido como Tucho, viajó junto con un grupo de agentes de Inteligencia, pero una vez en tierra azteca logró escaparse y desbaratar la operación: el 18 de enero de 1978, en una conferencia de prensa en la casa montonera, denunció el plan de inteligencia que tenía como cabeza al jefe del Segundo Cuerpo, Leopoldo Fortunato Galtieri. El 20 de enero de 2008, documentos que hizo públicos el National Security Archive, de los Estados Unidos, revelarían que los integrantes de la delegación fueron: Jorge Alberto Fariña, bajo el nombre falso de Eduardo Ferrer y cuyo nombre de guerra en Argentina era Sebastián; Juan Daniel Amelong, como Pablo Funes, Daniel; Jorge Cabrera, como Carlos Carabetta, Barba –los tres integraban el Destacamento de Inteligencia 121–; el montonero colaboracionista Carlos Laluf como Miguel Vila y Tuchocomo Jorge Cattone. En esa conferencia, Valenzuela responsabilizó a Galtieri por la vida de su mujer, que había quedado como rehén, y de los mellizos por nacer, aunque él todavía pensaba que era un solo bebé. Los espías argentinos fueron detenidos y expulsados. Mientras tanto, en Argentina, los represores levantaron la Quinta de Funes y llevaron a los detenidos a la escuela Magnasco de Rosario y posteriormente a la quinta La Intermedia, propiedad de la familia Amelong, ubicada a la vera de la autopista hacia Santa Fe y frente a una estación de servicios.


Operación Paraná

Los responsables de la represión ilegal en Rosario procedieron con Raquel como lo hacían con la mayoría de las secuestradas embarazadas: robaron sus bebés y les cambiaron sus identidades, para luego asesinarla a ella. Coordinaron el plan con las autoridades militares de Paraná, donde existía el Hospital Militar más cercano. Jaime Dri, sobreviviente de la Quinta de Funes, la Magnasco, La Intermedia y de la ESMA, dijo que fue trasladada dos veces a la capital entrerriana para controles prenatales. Luego, cuando todavía faltaba un tiempo para el parto, la volvieron a trasladar y nunca regresó. Desde 1984 se conocía de este viaje a Paraná, cuando Miguel Bonasso publicó Recuerdo de la muerte, basado en el testimonio de Dri.

La patota que comandaba Pascual Guerrieri coordinó el operativo con Trimarco y con el agente de Inteligencia Paul Navone. Internaron a Raquel en la guardia médica, donde habían instalado una precaria reja en la ventana. En una cama dormía la cautiva y en otra el custodio de turno, designado por Marino González, otro miembro del grupo de tareas. Cuando llegó el momento del parto la llevaron en camilla por el parque del nosocomio hasta la sala de Maternidad. Allí intervinieron médicos que no pertenecían a la institución. Primero nació el varón; la madre alcanzó a abrazarlo, pero rápidamente se lo llevaron. Después nació la nena. Ambos niños fueron ingresados a Terapia Intensiva, que estaba a cargo del anestesista y militar Juan Antonio Zaccaría. No era un lugar adecuado para recién nacidos, menos para el varón, que presentaba una cardiopatía congénita, según recordaría durante el juicio el médico que lo atendió, Alfredo Berduc. Ya no estaban bajo la esfera de cuidado de la madre ni de otros familiares y tampoco tenían nombres. En Terapia, por orden de Zaccaría, los inscribieron como NN. Las enfermeras los llamaron Soledad y Facundo.

Berduc, y posiblemente también el médico Juan Ferrarotti, gestionaron la derivación de los niños al Instituto Privado de Pediatría (IPP), ubicado en España 312, donde existía un servicio de Neonatología. Nadie avisó a la madre y mucho menos pidió su consentimiento. En el IPP ingresó primero la niña, el 4 de marzo. La registraron como «López, Soledad», proveniente del Hospital Militar. El 10 de marzo ingresó el varón, como «NN López» y con la misma procedencia. Se supone que durante ese lapso de seis días el bebé pudo haber estado en el hospital San Roque. En el libro de ingresos y egresos figura que ambos fueron dados de alta el 27 de marzo. Ese mismo día, a la noche, Sabrina (o Soledad), fue dejada abandonada en la puerta del Hogar del Huérfano de Rosario. El testigo Eduardo Costanzo dijo que los encargados de ese procedimiento fueron Juan Amelong y Walter Pagano. Lo mismo dijo el hijo de Navone, Pablo, reproduciendo lo que le contó su padre antes de suicidarse en 2008. En el orfanato registraron a la beba como «NN María Andrea». La Justicia de Menores la entregó en adopción a los Gullino.

A Raquel la asesinaron, la llevaron a La Intermedia en el baúl de un auto y la tiraron al mar en un vuelo de la muerte. Valenzuela fue degradado por la cúpula de Montoneros y enviado a la Argentina en la Primera Contraofensiva. Fuerzas de seguridad lo sorprendieron en la frontera con Paraguay y su cuerpo nunca apareció. Al bebé varón sus hermanos todavía lo buscan.

Sabrina: “Esperábamos la perpetua, pero estamos contentos” y “vamos a encontrar al melli”

Sabrina Gullino, hija de la desaparecida Raquel Negro, que nació en el Hospital Militar de Paraná y recuperó su identidad hace dos años, brindó sus apreciaciones, tras escuchar el adelanto de sentencia a los represores acusados en el marco de la causa por robo de bebés cometido en la última dictadura militar.

“Esperábamos la perpetua, por la figura de la desaparición forzada de personas, pero estamos contentos”, señaló la joven, ante Elonce TV, minutos después de que el Tribunal Oral Federal de Paraná condenara a Oscar Guerrieri a la pena de 14 años de prisión; a Jorge Alberto Fariña y Juan Daniel Amelong a 13 años; a Juan Antonio Zaccaría a cinco años; a Walter Pagano a 11 años y absolviera a Marino González.

“Comprobamos que los juicios tienen un valor social. Para la familia del melli sirvió para comprobar que está vivo y que estamos cerca” de encontrarlo, manifestó. Y reveló: “Me sirvió para pensar en mis papás, en el Mencho (Germano) y también estoy muy emocionada por toda la gente que se movilizó hasta Paraná”.

“Está bueno que este momento se esté dando, que estemos todos juntos, con la familia Negro y Valenzuela. Estamos muy emocionados, porque es un momento muy fuerte”, resaltó además Sabrina, quien de todas maneras destacó el camino que sigue en la búsqueda de su hermano mellizo.

“Ahora queda la otra causa, del melli, que se sigue en instrucción. Se cierra esta instancia, con esta condena, que estábamos esperando un poco más, pero reconstruye a nuestro país. Y me voy tranquila de este juicio”, afirmó.

En ese sentido, indicó: “Desde que empezó el juicio, hemos recibido varios datos de posibles chicos que pueden ser el melli. Y los tomamos con mucha cautela”.

Por último, Sabrina admitió que la absolución de Marino González “es la parte más dolorosa, pero para los abogados era una posibilidad”. Y ahondó: “La familia hubiéra esperado la condena”. No obstante insistió: “A los imputados se les brindó todas las garantías y estamos pensando mucho en las enseñanzas que nos dejaron las Madres, apostando a la Justicia”.

 

Reflexiones

Tras escuchar la sentencia a los represores, Julián Froidevaux, integrante de HIJOS regional Paraná, manifestó ante Elonce TV: “Desde HIJOS se espera poder dar con el paradero del mellizo, pero pudimos reencontrarnos con Sabrina en 2008 y continuamos”.

“Esta es una instancia de una lucha larga, que continuamos y que sabemos que va a durar muchos años más”, afirmó además el militante por los derechos humanos, que subrayó: “La exigencia desde la querella y desde la calle es que el Poder Judicial de la Nación para las generaciones venideras deje un claro mensaje con respecto a qué hace el Estado argentino con aquellos que han secuestrado, torturado, robado bebés y asesinado personas sistemáticamente durante la última dictadura”.

 

 

 

Finalmente, María Luz Piérola, integrante de AFADER y de la Mesa por el Juicio y Castigo, aseveró: “Estamos felices porque se los condenó. Tuvimos el juicio y castigo”. Y resaltó también que se abre otro juicio por la búsqueda del hermano mellizo de Sabrina Gullino y “otras causas que tienen que ver con otras facetas del Terrorismo de Estado».

http://www.elonce.com/secciones/general/nota.php?id=235161

Sentencia completa Hospital Militar

Esta es la parte resolutiva de la sentencia… mas abajo está completa con los fundamentos

SENTENCIA:

1.- NO HACER LUGAR a la nulidad de la acusación planteada por el Sr. Defensor Público Oficial con adhesión del Defensor Particular Humberto Franchi.

2.- RECHAZAR la prescripción de la acción interesada por la Defensa Oficial que contara con la adhesión del Defensor Particular Humberto Franchi.

3.- DECLARAR a Pascual Oscar Guerrieri, Jorge Alberto Fariña, Juan Daniel Amelong y Walter Salvador Dionisio Pagano, cuyos datos personales obran en la causa, coautores responsables del delito de sustracción de un menor de diez años del poder de sus padres, tutor o persona encargada (art. 146 del C.P., dos hechos) y del delito de alteración o supresión del estado civil de un menor de diez años (art. 139 inc. 2° del C.P., dos hechos) ambos con ley vigente al momento del hecho N° 11. 179, en concurso real (art. 55 del C.P.).

4.- DECLARAR a Juan Antonio Zaccaría, cuyos demás datos personales obran en la causa, participe necesario del delito de sustracción de un menor de diez años del poder de sus padres, tutor o persona encargada (art. 146 del C.P., dos hechos) y del delito de alteración o supresión del estado civil de un menor de diez años (art. 139 inc. 2° del C.P., dos hechos) ambos con ley vigente al momento del hecho N° 11. 179,en concurso real (art. 55 del C.P.).

5.- CONDENAR, en consecuencia, a Pascual Oscar Guerrieri a la pena decatorce (14) años de prisión, Jorge Alberto Fariña a la pena de trece (13) años deprisión, Juan Daniel Amelong a la pena de trece (13) años de prisión, Walter Salvador Dionisio Pagano a la pena de once (11) años de prisión y Juan Antonio Zaccaría a la pena de cinco (5) años de prisión, con más la inhabilitación absoluta por el tiempo de la condena (art. 12 primera parte, del Código Penal).

6.- DISPONER oportunamente y por quien corresponda, la acumulación de penas y/o condenas a que hubiere lugar en cada caso de conformidad a lo dispuesto por el art. 58 CP.

7.- ABSOLVER a Marino Héctor González por los delitos que le fueran imputados en las requisitorias de elevación de la causa a juicio (arts. 139 inc. 2° y 146 C.P. en concurso real), disponiendo su libertad en la presente causa.

8.- IMPONER las costas de la causa a los condenados en un quince por ciento (15 %) a cada uno, declarando de oficio las correspondientes al absuelto (art. 531 del C.P.P.N.).

9.- TENER PRESENTE las reservas de recurso de casación y extraordinario federal efectuadas por las partes.

10.- MANTENER las prisiones domiciliarias de Pascual Oscar Guerrieri y Juan Antonio Zaccaría, en las condiciones oportunamente concedidas.

Ver el fallo completo de 166 páginas

 

«El testimonio de Costanzo fue muy esclarecedor»

Así lo dijo Florencia Amore, abogada querellante en representación de Hijos, Sabrina Gullino y Sebastián Álvarez, luego de la declaración de Eduardo Costanzo, ex personal civil de Inteligencia del Ejército quien señaló a los cinco militares imputados en la causa como los responsables del traslado de Raquel Negro a Paraná para dar a luz y la posterior sustracción de sus mellizos.

En comunicación con el móvil de la emisora, Amore remarcó que en el testimonio de Constanzo «quedó bien en claro que grado de participación tuvo cada uno de los imputados».

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El gobierno provincial renunció a Torrealday: «Esto tiene que ver con la exigencia de justicia»

María Luz Piérola, integrante de la Comisión Provincial de la Memoria y del Registro Único de la Verdad de Entre Ríos, dialogó con LT14 sobre la determinación del gobierno provincial, mediante el Ministerio de Salud, de solicitarle la dimisión al médico Miguel Torrealday del cargo de asesor técnico. Al respecto, manifestó: «Debería de una vez por todas decir lo que sucedió con el mellizo».

El gobierno entrerriano decidió renunciar del cargo de asesor del Ministerio de Salud al médico paranaense Miguel Torrealday, como consecuencia del rol que tuvo como uno de los propietarios del Instituto Privado de Pediatría (IPP) al que fueron derivados los hijos mellizos de los detenidos políticos Raquel Negro y Tulio Valenzuela, nacidos durante el cautiverio de su madre en el Hospital Militar de Paraná en marzo de 1978 y las acusaciones que recibió, de parte de ex enfermeras del lugar, en el juicio oral y público que se está desarrollando. La decisión le fue comunicada el viernes a la tarde, ya que Torrealday, pese a que se lo pidieron desde el gobierno, no quiso presentar su dimisión al cargo.

La decisión le fue comunicada el viernes a la tarde, ya que Torrealday, pese a que se lo pidieron desde el gobierno, no quiso presentar su dimisión al cargo. En declaraciones al Departamento Informativo de LT14, María Luz Piérola, integrante de la Comisión Provincial de la Memoria y del Registro Único de la Verdad de Entre Ríos, se mostró sorprendida por la noticia, pero aseguró que es hora de que el médico informe sobre «lo que sucedió con el mellizo».

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Guerrieri dejó ver toda su furia


El represor se sintió tocado por la descripción del terrorismo de Estado que hizo el titular del Cemida. Pidió que lo fusilen en vez de ser juzgado.


Guerrieri fue quien sostuvo que Navone se quedó con el hijo varón de Raquel Negro.

Pascual Oscar Guerrieri, el militar retirado de más alto rango de los enjuiciados por robo de bebés en Paraná, pidió ampliar su declaración indagatoria este jueves, irritado por las expresiones de su camarada democrático Horacio Ballester.

La furia de Guerrieri –ex segundo jefe del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario– alcanzó su clímax cuando, con una alta dosis de teatralidad, pidió al Tribunal que lo fusile. “Hoy todavía sigue la guerra contra nosotros, ha tomado el camino jurídico. En todos lados están juzgando militares por esto. En primera línea de la guerra jurídica están los jueces federales. Cuando cambiaron la ley de Obediencia Debida, ¿por qué no pusieron la ley de fusilamiento? Estaría contento de estar frente a un pelotón de fusilamiento. Si es posible que nos fusilen, le peticiono a las autoridades”.

El represor intentó desligarse de la Doctrina de la Seguridad Nacional –sobre la que se había explayado Ballester– diciendo que como “soldado” no era “responsable de la política nacional que adoptan los gobiernos de turno”. Y agregó: “¿Qué podíamos hacer nosotros cuando el país adoptó una posición ideológica, política, en el bloque de naciones al que se adhirió?”.

Sin embargo, más adelante se refirió a esa Doctrina como una “mentira” y dijo: “Jamás he tenido en la mano ningún manual de la Doctrina de Seguridad Nacional, ni ningún norteamericano me vino a decir que hiciera esto. Lo hicimos en Argentina o lo hicieron los que lo tenían que hacer” .

Los que dicen presente en el juicio

Estudiantes, funcionarios, candidatos, militantes, docentes comenzaron a acercarse a las audiencias, a medida que avanza el desarrollo del primer juicio por delitos de lesa humanidad en Paraná.

Cada mañana, de miércoles a viernes, pocos minutos antes de las 10, arriban a la sede del Juzgado Federal de Paraná, en calle 25 de Mayo, los magistrados, los abogados, los testigos y los acusados. También llegan Sabrina Gullino y Sebastián Álvarez y decenas de militantes de organismos de derechos humanos y de periodistas que cubren las audiencias. Un poco menor, pero pareja, es la concurrencia en la sala habilitada para la prensa en calle Urquiza, en el edificio del Tribunal Oral en lo Criminal Federal, desde donde se pueden seguir las alternativas del juicio en pantalla gigante.
A todas aquellas personas que de algún modo están obligadas a estar allí, se suman quienes deciden hacerse presentes: funcionarios públicos, dirigentes políticos, militantes, docentes, estudiantes y abogados desfilaron por el primer juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en Entre Ríos que se está realizando desde el mes pasado en Paraná.

Avergonzados. El diputado nacional Raúl Barrandeguy estuvo en la apertura y en algunas audiencias. “Quisiera ir todos los días, pero por mi trabajo estoy en Buenos Aires parte de la semana y se me complica. He ido cada vez que pude y voy a seguir yendo”, contó a EL DIARIO.
“Asisto como un militante comprometido con los derechos humanos desde siempre. No soy un observador imparcial, sino que tengo una posición tomada, de compromiso con la querella, con la verdad, la memoria y la justicia, por supuesto enfrentada con estas manifestaciones del horror que todos los días, con las distintas declaraciones, nos ponen otra vez en ese tiempo espeluznante””, añadió el letrado.
Dijo también sentirse “estupefacto al ver como gente respetada de Paraná no tiene memoria acerca de cosas que a cualquiera le impactarían en el alma y las recordaría por siempre”. Y aprovechó para señalar: “No era solamente cuestión de algunos militares malos, sino que hubo sectores sociales indiferentes o que aplaudieron y aprobaron lo que sucedía. Hoy esta realidad les golpea en la cara y muchos deben sentirse avergonzados”.
Búsqueda.

El defensor del Pueblo de Paraná, Luis Garay, también lamenta no poder estar más tiempo por razones de trabajo. “No concurro por mi función, sino como ciudadano, ya que siempre he estado interesado y comprometido con los derechos humanos”, comentó.
Remarcó que “en este caso, hay que destacar la búsqueda de justicia, pero también la búsqueda del destino del mellizo” y exhortó: “Tiene que ser una preocupación de toda la ciudadanía y sería bueno que todos nos pusiéramos a investigar cada uno en su entorno, con sus padres y sus abuelos, porque alguien tiene que saber algo. Hay que ponerse en el lugar de Sabrina”, instó.
Garay concurre junto a su esposa, la odontóloga Viviana Poggio. Ella es hija del periodista Horacio Poggio, de Concepción del Uruguay, desaparecido en julio de 1976 en Córdoba.

Reparación. El ministro de Gobierno, Adán Bahl, estuvo presente en la apertura, día en que también llegaron al lugar la secretaria de Justicia, Lucila Haidar, y la senadora nacional Blanca Osuna. “Fuimos a la primera jornada del juicio, que constituye un hecho histórico de enorme relevancia, posible gracias al fuerte compromiso con los derechos humanos de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández y acompañado por el gobierno entrerriano”, expresó el funcionario a EL DIARIO.
“Desde el inicio de esta causa hemos acompañado activamente el proceso que culminó con la restitución de la identidad de la joven Sabrina Gullino y también estamos presentes ahora, cuando la justicia está cada vez mas cerca”, indicó luego. Y convocó a la ciudadanía a involucrarse: “Nuestra comunidad no será la misma tras la realización de este juicio y todos los entrerrianos deben interiorizarse y acercarse porque la reparación no será sólo para las familias afectadas en forma directa, sino para todos los argentinos”.

Contrato. La abogada penalista Noemí Berros siguió atenta varias jornadas. Consultada por este medio, explicó que su participación tiene que ver con que “es un acontecimiento muy importante tanto para la ciudad, como para la provincia”. Agregó que “este primer juicio por delitos de lesa humanidad aborda hechos muy graves de nuestro pasado y allí salen a la luz la verdad y la justicia, lo que reconstruye la memoria y evita que estos acontecimiento se repitan”.
“Como dice el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, este tipo de juicios ya forman parte del contrato social de los argentinos”, reflexionó la letrada. Y completó: “Los crímenes que no se juzgan terminan dejando de ser crímenes para la sociedad”.

Fantasmas. Para el concejal Martín Uranga, también presente en varias jornadas, “estar en el juicio es presenciar un sueño”. Explicó que concurre “con mucha expectativa”, como ciudadano, como militante y también por su rol de abogado.
Uranga es querellante en la causa Área Paraná, que se tramita por escrito, y destacó por ello “la riqueza que da la oralidad. En instancias como estas, que desgraciadamente no tendremos en la causa Área Paraná, se puede valorar la diferencia”, comparó.
“A pesar de silencios corporativos que tradicionalmente han existido, van surgiendo cosas en los testimonios de las enfermeras, por ejemplo, que en este contexto, ante un tribunal y con la discusión pública en torno a esta etapa, recuerdan cada vez más cosas. También estos juicios generan conciencia y provocan que quienes no se animaban a hablar, ante un contexto judicial y político que brinda garantías, se empiezan a liberar de los fantasmas”, concluyó.

Luciana Dalmagro

http://www.eldiario.com.ar/diario/entre-rios/19753-los-que-dicen-presente-en-el-juicio.htm

Los periodistas Miguel Bonasso y Carlos Del Frade declaran el miércoles

La próxima semana continuarán las audiencias que comenzarán el miércoles con las declaraciones de Bonasso y Del Frade, mientras que el jueves será el turno del periodista Reynaldo Sietecase y el padre adoptivo de Sabrina, Raúl Gullino. El viernes el testimonio será de Jaime Drí, sobreviviente de la Quinta de Funes; y se prevé para ese día que Estela de Carlotto, lo haga mediante videoconferencia.

 

[audio:http://mesajuicioycastigo.com.ar/causahospitalmilitar/files/2011/09/los-periodistas-miguel-bonasso-y-carlos-del-frade-declaran-el-miercoles.mp3|titles=los-periodistas-miguel-bonasso-y-carlos-del-frade-declaran-el-miercoles]

 

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