Pascual Oscar Guerrieri

Guerrieri fue uno de los principales lugartenientes del genocida Guillermo Suárez Mason –ex jefe del Primer Cuerpo de Ejército– y está preso por dos causas penales por su responsabilidad en los crímenes del terrorismo de Estado. Uno de los expedientes, a cargo del juez Lijo, se refiere al secuestro y a la desaparición de veinte militantes de Montoneros que participaron de la llamada «contraofensiva» en su regreso al país en 1980. El coronel (RE), que era jefe de la central de operaciones del Batallón de Inteligencia 601, está acusado de haber participado en los secuestros y desapariciones y se le aplicó el delito de asociación ilícita junto a otros represores. En otra de las investigaciones, a cargo del juez federal Omar Digerónimo, está implicado como autor de la privación ilegítima de la libertad y tormentos en 15 casos, 12 de los cuales terminaron en asesinatos, mientras comandaba el campo de concentración llamado Quinta de Funes, en la jurisdicción del Cuerpo de Ejército II, en Santa Fe.

Además, Guerrieri intervino a mediados de 1983 en el secuestro en el Bar Magnum de Rosario de los militantes Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi, que un día después aparecieron muertos en un supuesto enfrentamiento, un episodio en el que aparece implicado el ex subcomisario Luis Patti.

Con el regreso de la democracia, el represor huyó a Paraguay. Más tarde quedó al amparo de la ley de obediencia debida. Durante el menemismo, comenzó a visitar con regularidad las oficinas de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y prestarle sus servicios. En julio de 2002, quedó detenido junto con otros 40 militares por orden del juez Claudio Bonadío, que por entonces tenía a cargo la causa sobre la contraofensiva.

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