HABLÓ DE LA DESTRUCCIÓN DE DOCUMENTOS DE LA ÉPOCA

El ex jefe del Ejército y actual embajador argentino en Colombia, Martín Balza, declaró mediante videoconferencia en el marco de una causa que investiga el robo de bebés y apuntó contra uno de los seis imputados en la Causa Hospital Militar que se desarrolla en Paraná: Pascual Oscar Guerrieri. El testigo detalló cómo en 2003 el militar, a quien recordó como “viejo compañero de promoción”, lo amenazó a través de un coronel amigo: “Habíamos sido compañeros de promoción y me mandó decir que vamos a matar a tu hermanita, a tu padre, todo eso”, subrayó. “Lamentablemente, ya no está mi esposa, pero las amenazas las sufrieron ella y mis hijos”, explicó el embajador. Además, según su criterio, hubo en el país un plan sistemático de apropiación de niños: “Hoy lo respondo con más convicción”, dijo.

Balza declaró por videoconferencia conectado a la sala de los Tribunales de Retiro. “No tengo ninguna duda de que hubo una sistematización en este caso: si se han encontrado más de cien niños sometidos a la sustracción de identidad, no es casual, no es un caso aislado. No fueron dos, ni cinco ni catorce: se está hablando de más de cien niños recuperados, de personas nacidas en cautiverio, creo que se debió no a una única decisión, la decisión existió en el proceder”, consideró en declaraciones reproducidas por Página 12.

El testigo centró su declaración en un caso de quema y destrucción de documentos de aquella época, por una orden de Cristino Nicolaides durante los primeros días del gobierno de Raúl Alfonsín. “Recuerdo bien, señor fiscal, que en un mensaje institucional del día 25 de abril de 1995 yo insistía en que aquel que tuviera algún conocimiento relacionado con listas o documentos las hiciera llegar, que yo tomaba la responsabilidad de entregar todo a la Justicia”, señaló. Y dijo: “Estábamos en plena vigencia de los indultos, pero tomé conocimiento de un solo documento: una orden militar impartida por el entonces comandante en jefe del Ejército, firmada por la segunda autoridad, el general Calvi”.

“En mi opinión quien lo pone de presidente a Bignone es Nicolaides y me parece que este tema de las listas, como dijo Bignone en un libro, es un acuerdo entre los dos: no se desconocía la intención clara de borrar el acervo histórico de la institución y también del país”, indicó. O, como lo dijo antes: “Para tratar de borrar la memoria histórica”.

El juicio en el cual declaró no intenta probar casos aislados de robos de niños, sino la trama de sistematicidad. En ese sentido, el testimonio de Balza fue importante para las querellas. Citó como punto de origen un llamado del juez Adolfo Bagnasco que en el año 2000 lo llamó como testigo en una causa. En el despacho le pidió que leyera documentación de Inteligencia.

“Leí la declaración de médicos, enfermeras, de personas, después de todo lo que leí le dije al juez que eso respondía a una sistematización: un plan no necesita de una orden escrita, tiene la misma validez una orden escrita o una orden verbal”, manifestó.

Consultado en ese punto por el abogado Alan Iud, de Abuelas de Plaza de Mayo, sobre el peso de órdenes que sin papeles parecen fantasmas imposibles de probar y argumentos de los que se vale la defensa para decir, por estos días, que si hay órdenes muestren los papeles, Balza homologó uno y otro tipo de mandato y dijo que, por ejemplo, en Malvinas, las órdenes verbales tuvieron el mismo peso que las escritas.

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