Pidieron que se investigue a un expolicía de Concordia.
Se trata de Miguel Arcángel Castaño, sindicado como el chofer que participó en el procedimiento en el que se secuestró a Sixto Zalasar. El testigo negó los hechos y dejó varias inconsistencias en su declaración.
La Fiscalía pidió que se investigue a un declarante por falso testimonio, en el juicio por la Causa Harguindeguy. Se trata de Miguel Arcángel Castaño, que en 1976 se desempeñaba como chofer de la Policía de Concordia, y fue señalado por otros testigos como la persona que conducía el auto en el procedimiento en el que se llevaron detenido a Sixto Zalasar, desaparecido.
En primer término, declaró Julia Clelia Ledesma, vecina de Zalasar, quien señaló que una mañana de 1976, ella y su marido escucharon llantos y gritos en la calle. “Eran más o menos las seis, así que mi esposo salió a ver qué pasaba, pero me dijo que me quede adentro. Al rato volvió y me dijo que se lo llevaron detenido a Coco. Yo a Sixto lo conocía por el sobrenombre. Las que lloraban eran su mujer y su nena mayor”.
Según el relato de la mujer, su esposo le dijo que a Zalasar se lo llevó la Policía: “Le pregunté que cómo lo sabía, y me respondió que ‘porque el que manejaba el auto es el hermano de tu empleada’. Nosotros sabíamos que el era chofer de la Policía”. Su empleada era Antonia Castaño, quien trabajaba en la verdulería que Ledesma tenía en ese entonces.
“Esa mañana, cuando Antonia fue a trabajar, le pregunté si sabía lo que había pasado, pero me respondió que no. A la tarde, cuando volvió, me dijo ‘sí, usted tiene razón. Él (Castagno) dice que a Zalasar lo llevaron hasta el puente Alvear, y que después lo cambiaron de coche. De ahí no sabe más nada’”.
La testigo señaló que a Miguel Arcángel lo conocía de vista, porque vivía en la casa paterna, junto a Antonia -hoy fallecida-, y otros hermanos.
Cabe recordar que las familiares de Zalazar declararon ayer que a Sixto se lo llevaron en un Renault 4L celeste, pero Ledesma no pudo brindar detalles al respecto, ya que su marido no la dejó salir a ver lo que ocurría. “Él era parco y no me dijo mucho, sólo que el que manejaba el auto era Miguel Castaño”.
Una declaración inconsistente
Pero lo aportado por la testigo fue negado luego por Castaño que, a su turno de declarar, dijo que Ledesma “falta a la verdad”.
Dijo no recordar la existencia de un Renault 4, y que en la Policía manejaba patrulleros Falcon y Torino. De todas formas, explicó que en el 76′ se desempeñaba como conductor de la autobomba del Cuerpo de Bomberos de la Policía de Concordia, pero que luego fue trasladado a la Policía, donde se desempeñó como chofer.
“Yo no manejaba autos particulares”, dijo. El juez Roberto López Arango le señaló que en la etapa de instrucción había declarado que conducía tanto patrulleros como coches particulares, pero Castaño señaló que no lo recordaba.
Más adelante, el testigo dijo que a Zalasar lo conocía de chico, pero que después no supo a qué se dedicaba. Sin embargo, vivía en la misma manzana en la época en que fue detenido.
Luego, la Fiscalía le recordó a Castaño lo que había declarado en una presentación espontánea realizada ante la Justicia Federal en Concepción del Uruguay, en agosto de 2007, para desdecir lo que había sido publicado en un diario concordiense, donde Graciela Zalasar involucraba a Castaño como chofer del auto que se llevó a su hermano.
Sin mencionar lo que en dicha presentación decía, la Fiscalía le dio al testigo el documento para que lo verificara por sí mismo, pero Castaño negó haber dicho lo que estaba asentado en la presentación, y hasta dijo que la firma no era suya. Lleno de vacilaciones, el testigo no pudo responder a las preguntas de la Fiscalía ni del Tribunal, por lo que el fiscal José Candioti pidió que se remita la copia del testimonio a la fiscalía federal para que evalúe iniciar una causa por falso testimonio en flagrancia.
El testigo retomó su declaración afirmando que no participó “en los operativos de ninguno de los tres desaparecidos”, precisando luego que se refería a Sixto Zalasar, Jorge Emilio Papetti y Julio Alberto Solaga. Además, reiteró que no recordaba que la Policía haya tenido un Renault 4L.
Consultado sobre los operativos en los que sí participaba, dijo que concurría a los accidentes y detenciones comunes, pero siempre manejando patrulleros y vistiendo el uniforme.
El Tribunal le recordó que en la etapa de instrucción había señalado que también manejaba autos particulares, y que en muchos de los procedimientos participaban otras fuerzas estatales. Todo esto fue confusamente negado por el testigo pero, ante las repreguntas y la advertencia de que sería retirado del tribunal detenido por la fuerza pública por falso testimonio, terminó reconociendo todo lo que había dicho durante la instrucción, y aclaró que en los operativos solían participar Gendarmería, Prefectura y el Ejército. Además, dijo que había autos particulares, algunos sin patente.
Ante esta actitud, la querellante María Isabel Caccióppoli le preguntó si había sido amenazado para que no declarara, pero Castaño lo negó.
Por otra parte, le consultó si conocía a un Policía de apellido Hermosid, que en esa época trabajaba en la misma repartición que Castaño, y que había declarado que vio a Zalasar detenido en la Jefatura. El testigo dijo que sí lo conocía, y que Hermosid se desempeñaba como mozo, por lo cual era probable que le haya dado de comer a Zalasar, “pero yo nunca lo vi a Zalazar”. Siempre reticente a dar detalles, el testigo negó haber tenido conocimiento sobre la detención de presos políticos en la Jefatura.
Luciana Actis/ De la Redacción de UNO
Imprimir artículo | Este artículo fue publicado por admin el 24 mayo, 2012 a las 19:00, y está archivado en Crónicas, del recinto, Notas en medios, provinciales. Sigue las respuestas a esta entrada a través de RSS 2.0. Puedes dejar un comentario o enviar un trackback desde tu propio sitio. |